Es innegable la importancia que ha venido adquiriendo el turismo en la economía mundial. Las cifras son contundentes. Según un informe de la Organización Mundial de Turismo de 2017, ”durante las seis últimas décadas, el turismo ha experimentado una continua expansión y diversificación, convirtiéndose en uno de los sectores económicos de mayor crecimiento del mundo” . Frente a esta realidad y dada la gran potencialidad que nuestro país tiene en la llamada “ industria sin chimeneas ”, vale la pena hacer una rápida reflexión en relación con algunos aportes que el marketing puede hacer desde su concepción e implementación. Consideración que por supuesto debe incluir, como punto de partida, el estudio, el análisis, y la interpretación de las tendencias que prevalecen en el cada vez más complejo y exigente mercado turístico mundial. Una de las principales precisiones que deben hacerse se relaciona con lo que se entiende por producto turístico. A diferencia de lo que se ha creído po
Indigna, por decir lo menos, la actitud asumida por algunos políticos colombianos –y algunos de sus seguidores- frente a la cultura y a algunas de sus manifestaciones ancestrales que como parte de nuestra inmensa diversidad cultural nos caracteriza. Por la razón que sea, es incomprensible lo que nos está sucediendo con estos personajes que sin mayor mérito han llegado a los altos puestos del Estado y desde allí se creen poseedores de la verdad, abrogándose el derecho de despreciar lo que somos, lo que hemos sido y lo que seremos por mucho tiempo más. Por más respetuoso y tolerante que se quiera ser, es difícil contenerse ante tamaña aberración expresada por el congresista del Centro Democrático, Carlos Felipe Mejía. Si no es fácil dimensionar el profundo desconocimiento de lo que es la cultura y lo que ella significa en la vida cotidiana de sus integrantes, –como lo exhibe este personaje público-, peor es pensar que lo hace por un obtuso dogmatismo político que galopa por sus venas