Aunque pueda parecer
extraño el marketing también ha tocado la fibra de profesionales y expertos
para “venderse a sí mismos” en
función de sus más íntimas motivaciones y de acuerdo con los complejos requerimientos
de los mercados laborales contemporáneos. Siendo este marketing personal una
expresión del mercadeo de ideas y causas sociales, la aplicación de sus
postulados y la utilización de todo su potencial ha contribuido al mejoramiento
de las condiciones de vida de quienes lo han implementado con pleno
convencimiento.
Para quienes han
decidido incorporar el “arte de vender”
su propio “yo” a su cotidiana
existencia, los resultados están a la vista. Los beneficios se contemplan por
doquier. Han entendido que en la esencia de la concepción y aplicación del
marketing personal se encuentra un claro, definido e inconfundible “proyecto de vida” en el que se conjugan
armónicamente una vocación personal y una inclinación profesional. Una suerte
de acumulado individual y social en el que se resumen los sueños tejidos en el
alma y las realizables aspiraciones asociadas con el quehacer laboral. El arte
de poner al servicio de lo estrictamente profesional, todo el inagotable mundo
interior que como seres humanos nos hace únicos e irrepetibles.
Todos ellos han
aceptado la necesidad de construir una marca –el sello indeleble- con todas las
implicaciones que desde el marketing ello trae consigo, en el marco de una
cultura determinada, en función de las costumbres prevalecientes y,
coincidiendo deliberadamente con las exigencias de cada mercado al que se
pretende conquistar y sobre todo conservar. Han admitido que como imagen, una
marca se construye a través del tiempo partiendo del riguroso proceso de
planeación, considerando sus propias potencialidades, sus preferencias, sus
circunstancias, sus capacidades intelectuales, sus ambivalencias, sus gustos, su
capacidad de interrelacionarse. Este proceso ha incluido un serio y sincero
análisis personal que le permite a cada individuo conocerse a sí mismo, saberse
fuerte o débil; analítico, exigente, amistoso o expresivo; sociable o marginado
social, dominante o sumiso, afectuoso o marginado afectivamente.
Han aprendido a verse
como un producto que ha de responder igual o mejor que sus similares
competidores, con sus componentes básicos, con sus factores diferenciadores,
con sus comportamientos inesperados con los que han logrado conservar tanto a
familiares cercanos como a sus respectivos empleadores. Se han
auto-diagnosticado para encontrar sus logros, visualizar sus anhelos y
prepararse para alcanzar lo que siempre han querido tener. Han analizado su
capacidad para aprender y sostener relaciones a largo plazo, su actitud frente
a la tecnología, su flexibilidad para el cambio, su creatividad e imaginación,
su predisposición a la disciplina y a la acción, su liderazgo, su tolerancia a
la frustración, su compromiso, sus convicciones, sus pasiones.
Han mirado su íntimo
universo para encontrar los aspectos abiertos, ocultos, ciegos y oscuros de sus
personalidades de acuerdo como se ven a sí mismos en comparación con la imagen
que los demás tienen de ellos. Siempre en pro de persuadirse de lo que son y lo
que deben ajustar.
Armados de un amplio inventario de balances personales,
sociales y profesionales han perfilado el sendero futuro a recorrer, conjugando
todo lo posible y necesario para alcanzar sus metas, concretar sus anhelos a
veces por mucho tiempo esquivos. Se han preparado para comunicarse primero con
ellos mismos, después con sus entornos más cercanos, y finalmente con sus
posibles empleadores. Se han entrenado para que los mensajes y las ideas a
transmitir se perciban de forma debida. Han hecho conciencia de la importancia
del contacto visual, de las expresiones faciales, de la postura y movimiento
del cuerpo, de los gestos con las manos, y de la distancia y el contacto
físicos porque saben que más del 93% de la comunicación humana es no verbal.
Finalmente,
todos ellos han podido responder interrogantes que a muchos nos inquietan. Saben
¿cuáles son sus metas?, ¿quiénes son
ellos?, ¿qué pueden hacer?, ¿cuáles son sus especialidades?, ¿por qué la gente
los debe tener en cuenta?, ¿cómo los van a clasificar?, ¿qué los hace sentir
incómodos? y, ¿cuáles son las claves de sus éxitos?
Como
puede verse, el marketing personal coadyuva para que quienes lo quieran
practicar sepan quiénes son, qué quieren, para dónde van, pero sobre todo cómo
llegar allá sin perder su esencia, su ser, sin automatizarse ni robotizar sus
pensamientos y menos su propia autenticidad, es decir su marca, su huella
estampada en cada recorrido terrenal.
ALFILER:
No terminamos de celebrar la clasificación del equipo colombiano de fútbol para
el mundial de Rusia 2018, cuando ya se están buscando culpables del
padecimiento que tuvimos que sufrir hasta último minuto. Ahora se quiere
responsabilizar a la sede de la selección nacional: Barranquilla. Eso sí es
querer buscar el cadáver río arriba o de echarle la culpa de la infidelidad de
los amantes al sofá. ¡Qué cosas!
Instagram:
dagobertoparamo
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