Aunque para algunos sea
difícil aceptar, el papel jugado por la academia en la aplicación de los
postulados del marketing territorial en la búsqueda de inversionistas y
turistas que deseen desplazarse a ciertos lugares ha sido vital para el logro
de los más altos objetivos colectivos de aquellas sociedades que lo han hecho
convencidas de sus notables beneficios sociales.
La participación de
investigadores, asesores y docentes universitarios ha sido relevante debido en
buena parte a que sus profundas motivaciones han estado alejadas de intereses
partidistas, politiqueros o personalistas. Su norte ha sido casi siempre la
genuina contribución al mejoramiento de las condiciones de vida de todos los
beneficiados: Desde el ciudadano de a pie hasta la sociedad en su conjunto
pasando por empresas, gobernantes, y por supuesto los visitantes que de forma
asidua o esporádica deciden tomar parte en este proceso de cambio social.
La experiencia mundial nos
enseña qué es lo que han hecho estos académicos para contribuir a la definición
e implementación de marketing territorial.
La primera tarea ha sido
la de hacer significativos aportes en el desarrollo de rigurosos y estrictos
procesos de investigación, con seriedad y respeto por los hallazgos alcanzados.
De forma independiente y autónoma han estudiado los deseos y las necesidades de
los integrantes del mercado consumidor
que directa o indirectamente se benefician de la idea social que trae consigo la
inversión productiva y el turismo receptivo. Han auscultado los intereses de
todas aquellas personas que de forma voluntaria –o no siempre bien remunerada- y
conformando el mercado organizador
están dispuestas a impulsar la idea del cambio a través de la estructuración y
operación de una organización sin ánimo de lucro encargada de definir e
implementar la estrategia de marketing territorial correspondiente. Han estudiado
los beneficios buscados por los miembros del mercado patrocinador entre los que se encuentran empresas
interesadas en invertir en la región en cuestión, turistas que son hechizados
por mágicos y encantadores lugares que cuentan con la infraestructura debida,
organizaciones productivas que contribuyen a la concreción de estos planes
sociales a través de donaciones en dinero o en especie y, agentes del Estado y
del gobierno ya sea mediante aportes económicos o por la expedición de leyes
que dinamicen el proceso.
La segunda labor de estos
académicos ha sido la de contribuir a la estructuración y puesta en marcha de la
organización social territorial encargada de darle forma a la idea social de
beneficio colectivo que se desprende del incremento del empleo y del aumento
del pago de impuestos de turistas y visitantes. Esta responsabilidad se ha concentrado
en la sesuda aplicación de los principios de la administración contemporánea partiendo
siempre del proceso de planeación y haciendo los respectivos controles de
gestión que aseguren el cumplimiento de los objetivos propuestos.
El tercer quehacer de
estos académicos ha estado dirigido a la formulación e implementación de las
estrategias y los programas de marketing que por corresponder a la realidad de
cada uno de los tres mercados territoriales involucrados –consumidor,
organizador y patrocinador- han garantizado el alcance de las metas sociales
establecidas. Han ayudado tanto a la definición de los productos turísticos o
los proyectos productivos dirigidos a los diferentes segmentos de mercado
claramente identificados, como al diseño y divulgación de las piezas
publicitarias y los medios adecuados para que los mensajes hayan llegado a la
audiencia a la que han debido hacerlo. Han logrado constituir sistemas de
información de los mercados territoriales permitiendo no solo hacer seguimientos
de tendencias y cambios súbitos sino y, sobre todo, sustentando la toma de
decisiones basadas en la compleja realidad actual.
Como ha de suponerse, el
aporte de estos académicos ha estado auspiciado por los claustros
universitarios y sus directivas que les han permitido no solo vincularse a
estas causas sociales descargándolos de otros deberes propios de su condición,
sino que los han estimulado a través del financiamiento de proyectos de
investigación y consultoría que aseguren los recursos físicos y materiales
necesarios para el despliegue del esfuerzo de cada uno de ellos. Las
instituciones han promovido foros y eventos masivos a fin de buscar el apoyo
colectivo, han diseñado y desarrollado cursos y seminarios en pro de cualificar
las habilidades de los interesados, y han prestado instalaciones y equipos.
En suma, la experiencia ha
demostrado que en la medida en la que el sector académico se ha vinculado de
forma decidida y comprometida en la aplicación de la esencia del marketing
territorial visto desde una perspectiva social, los beneficios obtenidos han
sido duraderos y de un significativo impacto social. ¿Estamos preparados?
ALFILER: ¿Quedará alguna
duda de la manipulación que quisieron hacer Pastrana y Uribe del “rápido hola”
que según la Casa Blanca se dieron cuando se encontraron con Trump? Y saber que
hay gente que les sigue creyendo a ciegas a este par de ex-presidentes como si
fueran adalides de la verdad.
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