Y ahora hasta los partidos políticos con sus no muy claramente diferenciadas “plataformas programáticas” también han intentado utilizar los conceptos del marketing para alcanzar sus objetivos electorales. Muchos de ellos han recurrido a “expertos” internacionales a quienes se les ha magnificado el verdadero impacto de sus conocimientos y experiencia, no siempre con halagadores resultados. Aún no se ha comprendido que el marketing no es una técnica y que por lo mismo las estrategias y tácticas utilizadas exitosamente en un mercado pueden ser un rotundo fracaso bajo condiciones socioeconómicas distintas, incluso similares. No se ha dimensionado aún que el marketing no obedece a la aplicación más o menos precisa de un cierto conjunto de técnicas amparadas bajo una teoría generalmente aceptada, sino que el marketing como proceso social, debe responder a unas condiciones contextuales e históricas específicamente determinadas. En este sentido, debe entenderse que la concepción e imple
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